Les comparto que el SMS en México fue intenso y emocionante.
Estábamos en un lugar de Chapultepec que se llama la Quinta Colorada, en un salón con sillas y sonido y un pequeño escenario, pero abierto al parque. Todo un privilegio. Se reunieron como 40 personas, interesadas, participativas, todo tipo de habitantes del parque: familias, parejas, grupos de amigas, ciclistas.
El comienzo fue algo desconcertante. En este momento en que el mundo está convulsionado y el país está en la calle, con marchas continuas de protesta por los estudiantes desaparecidos, la audiencia decía cosas muy generales, o cuando se mencionaba algo como que el mundo está en caos o que el país está dolorido, se agregaba inmediatamente que hay muchas oportunidades, o que todo se está transformando positivamente.
Sentí tristeza y desánimo. Mis fantasmas aparecieron. Recordé las épocas en que en Uruguay no se podía hablar, y vivíamos en el miedo permanente. Pensé que la pesadilla recomenzaba, muchos años después, muchos kilómetros más al norte. Pero comenzamos el sociodrama propiamente dicho y el poder de la acción no se hizo esperar. El grupo fue presentando los temas con escenas, y esculturas que decían mucho más que las palabras anteriores. Se desplegó un mundo donde las guerras entre hermanos tenían la consigna de matar para lograr la paz. En medio de la locura, alguien gritaba BASTA y las manos comenzaban a unirse y las voces, acompañadas por los músicos, cantaban Gracias a la vida. El grupo que representaba al país, era el más pequeño, sin duda pocos querían abordar el tema. Una participante dijo "en eso no quiero pensar". Pero los cinco participantes se organizaron en una marcha donde gritaban: "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos, basta de feminicidios, no a la corrupción!" En el grupo de la familia los niños tuvieron un papel determinante, denunciando la violencia familiar. "Esto no es un cuento" dijo una niña, "es la realidad". En todos los grupos y en todos los temas hubo propuestas y hubo esperanza que ahora puedo compartir con Uds.
Un abrazo,
Yuyo
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